A la hora de hablar sobre ascensores, varios son los temas que hemos tratado, aunque aún no hemos abordado los orígenes de estas máquinas. Hoy, desde Grupo Núcleo, os hablamos de ello.
En otras ocasiones os hemos contado historias sobre los ascensores, hablándoos incluso del ascensor Paternoster, considerado como uno de los primeros, pero ¿en qué momento se convirtieron en los aparatos que conocemos hoy en día?
El inicio de todo esto se encuentra en el siglo XIX, concretamente en el año 1823. Fue ahí cuando los ingenieros Burton y Horner tuvieron la idea de que al menos 20 personas pudieran subir al mismo tiempo hasta una planta 37. Nació así el concepto de la caja elevadora capaz de transportar mercancías y personas a lugares que se encontraban muy altos. Sin embargo, la idea sola no bastaba dado que necesitaba varios elementos antes de poder convertirse en una realidad.
Para ello hubo que esperar hasta que Elisha Graves Otis, un gran inventor de la época, diseñó los frenos de emergencia. Gracias a esto, en 1857 fue posible que el primer ascensor semejante a los que podemos encontrar a día de hoy se pusiera en funcionamiento. El lugar en el que se ubicó el aparato fue un centro comercial de la ciudad de Nueva York.
Como curiosidad destacamos que, tras esto, comenzaron a desarrollarse otro tipo de edificios: los famosos rascacielos, y que el ascensor, actualmente, aún sigue considerándose como uno de los grandes avances industriales que se produjeron durante el silgo XIX.
